
La restricción de movilidad y actividades sociales durante la pandemia de Covid-19, cuando se cerraron instalaciones deportivas y gimnasios y se limitaron las salidas a la calle, ha tenido su impacto en la salud de la población de edad más avanzada, y una de las consecuencias ha sido el aumento de casos de sarcopenia. La aparición de la sarcopenia, “que es la pérdida progresiva de masa muscular y de fuerza muscular, se debe también a la malnutrición y a ciertas comorbilidades”, indican desde el Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (CODINMA). Sin embargo, con una adecuada alimentación basada en la dieta mediterránea y actividad física, se puede prevenir y combatir.
El CODINMA destaca la importancia que nutrientes como los antioxidantes, los ácidos grasos omega 3 y minerales como el selenio, el magnesio y el calcio juegan para combatir esta patología. “Precisamente estos nutrientes los encontramos en alimentos de la dieta mediterránea, como el aceite de oliva, los cereales integrales, los frutos secos y el pescado”, añaden. En este sentido, los Dietistas-Nutricionistas de Madrid alertan de que las recomendaciones generales de una ingesta diaria proteica de 1g/kg de peso pueden no ser suficientes para las personas mayores. “Por eso la ingesta de energía y proteínas es muy importante para evitar y combatir la pérdida de masa muscular”. Entre las sugerencias de los expertos del CODINMA están comer a menudo legumbres, añadir queso a las verduras y hortalizas, tomar huevos duros en las ensaladas y consumir yogur solo, con frutas o con cereales.
Estas recomendaciones son muy importantes sobre todo para las personas mayores, población más propensa a la pérdida de masa muscular, ya que en el proceso de envejecimiento se producen cambios como la modificación de la composición corporal; disminuye la masa muscular y se incrementa la masa grasa. De hecho, en España, un 37% de los adultos mayores sufren pérdida de masa muscular, sobre todo las mujeres.
Hábitos saludables toda la vida
Por lo que se refiere a las consecuencias asociadas a la pérdida de masa muscular, el CODINMA indica, entre otras “el aumento del riesgo de fractura de huesos, menor movilidad, un incremento de la discapacidad, más probabilidades de padecer osteoporosis, diabetes o infecciones”. Todo esto se traduce en una pérdida de la calidad de vida. Sin embargo, el mantenimiento de hábitos saludables a lo largo de la vida, en particular llevar una dieta equilibrada y realizar una actividad física periódica, contribuye a reducir el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles y a mejorar las facultades físicas y mentales. También ayuda a preservar la función cognitiva, retrasar la dependencia y revertir la fragilidad.
Como consejo, el CODINMA insta a las personas mayores a afrontar el envejecimiento en las mejores condiciones y así poder aminorar, no solo el proceso de pérdida de masa muscular, sino cualquier otra patología derivada del envejecimiento.
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